La mallorquina es una contraventana abisagrada que, además de regular la luz y el aire que entra en tu hogar, te adorna las estancias con una elegancia especial. Asimismo, otorga intimidad y evita robos. ¿Te gustan las mallorquinas de aluminio pero no sabes dónde instalarlas? Te damos cinco propuestas para inspirarte.
¿Es lo mismo una contraventana mallorquina que una alicantina?
Pero antes, debes saber diferenciar entre las mallorquinas y las alicantinas. Aunque son similares, tienen sus particularidades.
Las mallorquinas se componen de un sistema de lamas fijas que da como resultado una contraventana resistente y duradera en el tiempo. Por su parte, la alicantina y su sistema de lamas enrollables resulta una solución poco sólida, sobre todo si se hace mucho uso de ella.
Por otro lado, las ventanas mallorquinas son mucho más fáciles de limpiar. De hecho, no requieren demasiado mantenimiento. Además, aíslan mejor el ruido que las alicantinas.
Todos estos motivos las convierten en la solución perfecta para hogares con niños o viviendas de ciudad en las que es fundamental poder escapar del ruido.
¿Dónde disponer las ventanas mallorquinas de aluminio?
Las ventanas mallorquinas, por su estilo y diseño, son fantásticas para todo tipo de estancias. Quedan ideales tanto en salones como en dormitorios, cocinas o baños.
Si quieres aclarar un poco más tus ideas, apunta estos cinco buenos lugares donde tus mallorquinas brillarán y te aportarán todo el confort que necesitas.
1. En la terraza de tu casa de campo
Las terrazas son lugares muy especiales que hacen la vida más agradable. Pero hay que prestarles la máxima atención si quieres que se integren con el resto de la vivienda.
Muchas casas de campo cuentan con una terraza que, si sabes acondicionarla bien, puedes convertir en un salón-comedor en el que reunir a la familia tanto en verano como en invierno.
Una buena manera de conseguirlo es con la ayuda de unas ventanas mallorquinas plegables o corredizas. Además de adornar y transformar la terraza en una estancia con mucho estilo, la aíslan del sol, del viento y del resto de inclemencias del tiempo.
2. En el cuarto de baño
El aseo es una de las zonas de la casa que mayor ventilación y luz necesita. Hay baños que, afortunadamente, cuentan con alguna ventana que permite aprovechar la luz del día en una estancia a la que suele llegarle en menor proporción.
Una forma de ahorrar energía y de ventilar de manera natural el baño es con una mallorquina. Además, le da un aire coqueto a la vez que elegante.
Ten en cuenta que las ventanas del baño suelen ser pequeñas, por lo que no tendrás que invertir mucho en ellas.
Si quieres un baño sofisticado sin necesidad de contar con un alto presupuesto, no te olvides de las mallorquinas de aluminio.
3. En la habitación de los niños
Como bien sabrás, los niños no cuidan tanto las cosas como los adultos. Con el tema de las persianas, más de un progenitor seguramente ha vivido en primera persona el que sus hijos tiren en exceso de ellas hasta que terminan estropeandose. Una muy buena alternativa a este problema son las ventanas mallorquinas: son tan fuertes y duraderas que se mantendrán intactas por más años que pasen o por poco mimo que les den tus hijos.
Además, si son de esos niños a los que no les gusta demasiado limpiar su cuarto, con las mallorquinas de aluminio no tendrás problema, porque son muy fáciles de limpiar y de mantener en buen estado.
4. En los salones pequeños
El salón es la estancia de la casa en la que sueles pasar más tiempo; aquí recibes y estás con las visitas, llevas a cabo tus aficiones, te relajas, pasas tiempo con tu familia… Es por eso que debe ser la habitación mejor acondicionada de la vivienda. En general, ha de tener una buena iluminación natural, la temperatura ideal y resultar bonita.
¿Y cómo puedes aunar estas tres condiciones? Muy fácil: con unas buenas mallorquinas de aluminio. Son perfectas para regular el paso de la luz, mantener la temperatura ideal los 365 días del año y otorgar ese plus de belleza a tu salón por sencillo que este sea.
5. En las ventanas de una oficina
Si te gusta cuidar el aspecto de tu oficina con el mismo esmero que el de tu casa, elige las mallorquinas. No solo por su innegable aporte estético, sino porque además es una excelente forma de ahorrar en la factura de la electricidad. Te ayudarán a mantener la oficina más caliente en invierno y más fresca en verano sin necesidad de usar tanto la calefacción y el aire acondicionado.
Y si necesitas un aliciente extra, con este tipo de contraventanas de aluminio verás que consigues ahorrar en los gastos de la limpieza. Se limpian en mucho menos tiempo que otro tipo de persianas como puedan ser las alicantinas.
¿Son todas las mallorquinas de aluminio iguales?
Recuerda que hay diferentes tipos de mallorquinas: fijas, correderas, plegables, practicables y oblicuas. Por supuesto, cada una con sus ventajas añadidas:
– Las mallorquinas fijas o abatibles son prácticamente iguales que una ventana. Tanto es así que se abren de la misma manera.
– Las mallorquinas regulables son ideales para controlar la cantidad de luz y aire que quieres que entre.
– Las mallorquinas correderas plegables se desplazan por un carril, resultando muy cómodas.
– Las mallorquinas con distintas formas son perfectas para adaptarse a cualquier tipo de ventana, ya sea triangular, de ojo de buey o de cualquier otra forma que puedas imaginar.
¿Cuál elegir? Depende del uso que vayas a darle y de la estética que quieras conseguir. Una mallorquina corredera resulta muy cómoda en una terraza, mientras que una fija queda muy bonita en un dormitorio. En cualquier caso, pregunta a los profesionales. Ellos te asesorarán sobre la mejor solución para tu caso.
Si buscas que tu hogar o tu zona de trabajo sea un lugar confortable, elegante y protegido de las inclemencias del tiempo y de las miradas ajenas, apuesta por las mallorquinas de aluminio.
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